Una empresa puede contar con el mejor de los sistemas de cartelería digital, la mejor tecnología, y los contenidos más adecuados y atractivos, pero si la ubicación de las pantallas es inadecuada, todo lo anterior caerá por la borda.
Aunque parezca irrelevante, lo cierto es que una ubicación correcta asegura la inversión y reafirma el éxito.
A continuación, a modo de combate contra esta epidemia que atenta contra el digital signage, se presentan algunos de los consejos que se deben seguir al momento de planificar la cantidad y la ubicación de las pantallas.
En primer lugar, se debe identificar el espacio en el que los consumidores pasan más minutos. La cola, de hecho, es uno de esos sectores en los que se incrementa el tráfico de gente. Algo parecido a lo que ocurre con las escaleras, entradas y ascensores.
Por ejemplo, si se trata de un consultorio médico, se puede ubicar una pantalla en la sala de espera con información y consejos útiles sobre salud, o infomerciales de laboratorios, o una lista de la plantilla médica que trabaja en el lugar, al tiempo que en otro sector se ubica otra pantalla destinada únicamente a los empleados, con datos sobre el comedor, horarios de trabajo, guías y detalles sobre la política de la empresa.
En tanto, si se trata de un local minorista, conviene colocar la pantalla cerca de los productos que están en promoción especial, o bien se pueden ubicar cerca de la puerta de ingreso, a uno 3 o 4 metros, en el lado derecho. Comúnmente, la gente tiende a ignorar la puerta de ingreso, ya que su concentración se ubica en el destino. También las vidrieras pueden ser una locación óptima, ya que captan la atención de los transeúntes aún cuando el local está cerrado.
Se debe considerar también las posibilidades de iluminación de la pantalla para que el cliente pueda acceder con facilidad al contenido. Con ese fin, se deben evitar aquellos sectores en los que exista demasiada luz ambiente (si no se cuenta con otra opción, las pantallas deberán ser de alto brillo): la luz solar intensa atenúa las imágenes y atenta contra la calidad de las pantallas. En esas condiciones el mensaje es ilegible.
Además, la altura también es fundamental: a los clientes los atrae con facilidad lo que tienen delante suyo. Por lo tanto, si las pantallas está muy altas o muy bajas, lo único que se consigue es incomodar a los clientes y desanimarlos mucho antes de que comiencen a percibir el mensaje. La información debe estar siempre al nivel de los ojos.
Por último, aunque tan importante como los consejos anteriores, se debe tener en cuenta el motivo para el que se va a usar la señalización digital (promover productos, aumentar el tráfico de público, brindar información o bases de autoservicio).
Una vez determinado el objetivo, todas las demás decisiones sobre señalización digital se podrán implementar con mayor facilidad.